La cartografía social parte de la premisa: “quien vive en el territorio es quien lo conoce”, por tanto, se debe recurrir a los habitantes para poderlo comprender (Pájaro y Tello, 2014), por ello, desde AMII utilizamos frecuentemente esta metodología con el objetivo de plasmar en tela (con la técnica de collage) los lugares más representativos de la vereda (o el corregimiento) y su valor para la comunidad, como cuencas hidrográficas, ojos de agua, bosque nativo, sitios arqueológicos, las mejores tierras para cultivos de café, ganadería, agricultura, entre otros.